En Austria encontrarás una riqueza cultural, arquitectónica e histórica, pero no gastronómica, ya que brilla por su ausencia. Por lo tanto, aquí sólo comen Noodles, Kebab y salchichas. Así que lo más típico que hemos encontrado de la gastronomía de estas tierras es la salchicha Käsekrainer (a recomendación de Castillejo). No es muy salubre, pero es muy sabrosa y merece la pena probarla.
¿Dónde encontrar la Käsekrainer en Viena?
Bitzinger Würstelstand Albertina
Hay muchos tipos de salchichas en Austria, pero sin embargo debes probar esta delicia especialmente en un kiosko en la Plaza de la Albertina, que se encuentra justo en frente de la Ópera de Viena. Podrás aprovechar la visita a algún espectáculo para darte rienda suelta al colesterol.
Esta maravillosa salchicha austriaca contiene pequeños trozos de queso (que en alemás se dice “käse”) que se funden al calentarla. Normalmente se acompaña con pan y alguna salsa de mostaza, mayonesa o ketchup. Si la cortas en rodajas se te hará el paladar agua viendo cómo se derrite el queso. Käsekrainer. Esta salchicha se considera del tipo Brühwurst, una variedad de la auténtica y famosa salchicha de Frankfurt. Su elaboración se hace cociendo la carne en tripa de oveja, que le da un exterior crujiente y duro característico, una vez que la carne es cocinada.
Dirección: Albertinaplatz 1, 1010 Wien, Austria
En este kiosko encontrarás muchas modalidades de salchicha, pero no os preocupéis porque el vendedor sabe hablar todos los idiomas del mundo. Es un camarero superdotado y filólogo.
Clara ni probó la Käsekrainer , como es bien sabido. El bestia de Álvaro se comió la salchicha una hora después de haber reventado un buffet libre pakistaní.
Tienes una descripción más detallada en inglés AQUÍ.
Historia de “La guerra de la salchicha” Käsekrainer
En Austria y Alemania la cultura en torno a las salchichas es legendaria, de hecho, no me atrevo a hacer un resumen porque seguramente me equivocaría. Básicamente entre estos dos países se pelean para ver quién la tiene más gorda (seguimos hablando de las salchichas, por supuesto). Existen diferencias tan básicas como las tripas de qué animal se utilizan para envolverlas o la carne de qué animal es la base de la salchicha. Nadie puede poner en duda que hablando de salchichas y de cervezas saben lo que se hacen. Basicamente, en Austria la salchicha se le llama Wiener y en Alemania, Frankfurt.
Mientras en Europa se cuece una tormenta económica, Eslovenia y Austria también se encuentran en una extraña guerra sobre los derechos de paternidad de una salchicha ahumada, salubridad de la que dudan los expertos.
La picante salchicha ahumada de Kranjska, “Kranjska klobasa”, como se llama en Eslovenia, o “Krainer Wurst” denominada en Austria, es una receta del siglo XIX. Se trata de un embutido de cerdo ahumado con pimienta, ajo y sal que se puede servir tanto hervida como a la plancha, aderezada con rábano picante y mostaza.
Eslovenia presentó hace unos años una solicitud ante la Comisión Europea para proteger el nombre original de la salchicha, hecho que supondría que el embutido tendría que dejar de utilizar su denominación de origen. Por lo tanto, los austriacos tendrían que dejar de apropiarse de su adorada salchicha “Käsekrainer”, una bomba calórica de queso.
Los eslovenos argumentan a su favor que la salchicha ha de ser suya por su origen de la región de Kranjska (Gorenjska). Por otro lado, los austríacos declaran que hasta 1918 ese territorio pertenecía a su Imperio Austro-Húngaro, así que se olviden de una vez.
El ministro de agricultura austríaco, dejando a un lado cualquier crisis económica, se ha volcado con “la guerra de la salchicha” junto con el resto del mundo empresarial de Viena. Apareció en un meeting diciendo que no iban a permitir por hombre alguno que prohiban su sagrada salchicha Krainer. Hoy en día todavía siguen discutiendo por el tamaño de sus juguetes.
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