Este es un relato de cómo hemos vivido el coronavirus en el extranjero los viajeros, concretamente en Myanmar, y todo lo que hemos tenido que pasar para volver a España. Nos encontrábamos en la última etapa de nuestro viaje, entrando a este país para estar 28 días y coger un vuelo a la India. Allí estaríamos un mes en Goa y en mayo volveríamos a España. Sin embargo, las cosas se torcieron a causa del coronavirus…
Se fueron sucediendo los acontecimientos que nos ayudaron a tomar una decisión respecto a cómo actuar.
Mochileros en Myanmar
Al cruzar la frontera de Myanmar empezaron con el control de temperatura, pero todo fue como la seda. De hecho, a nuestro lado teníamos un grupo de chinos que pasaban todas las puertas lanzando billetes bajo mano a todo aquel que se encontraban. Nadie decía ni mu y “pa lante”.
No obstante, a los pocos días cuando llegamos a Yangón, la capital de Myanmar, todo empezó a empeorar. Nos alojamos en un hostal de mochileros donde solo habían un tema de conversación: el maldito coronavirus. No obstante, la vida continuaba con normalidad y no observamos nada fuera de lo común, únicamente tomaban la temperatura en las entradas a las atracciones turísticas más importantes.
Myanmar ya no emitía visados, por lo que éramos los últimos turistas que habían entrado al país y debíamos decidir si quedarnos o no. La mayoría de los viajeros se mostraban positivos respecto al tema y hasta que Myanmar no cerrase sus puertas seguirían viajando. No obstante, cada día que pasaba aparecían noticias nuevas y las decisiones eran menos contundentes…
¿Qué habríais hecho vosotros?

Comienzan las dudas…
Nos mantuvimos informados por medio de los periódicos y las redes sociales, además de amigos y familiares. Las opiniones fueron muy diversas, aunque la mayoría de la gente nos decía que nos quedáramos en Asia porque Europa era ya un infierno. Nuestra ilusión por descubrir Myanmar permanecía intacta, así que mientras las circunstancias nos lo permitieran seguiríamos con nuestro objetivo.
Pasar el Covid-19 en Myanmar parecía una buena idea, comida barata, alojamiento barato y sin gente histérica alrededor. Así que decidimos que nos quedaríamos en Myanmar o nos iríamos a Chiang Mai, Tailandia, a pasar uno o dos meses tranquilos hasta que pasara lo peor.
Consultamos los datos oficiales varias veces al día y Myanmar seguía teniendo cero casos, mientras en Chiang Mai la gente hacía vida normal. También contactamos con hostales para conocer la información de primera mano y preguntar por posibles trabajos.
Los militares echando turistas
A los pocos días nos encontramos con varios turistas españoles que venían de un pueblo del sur, Hpa-An, donde la gente local les había invitado a irse. Por lo visto un ministro había salido en la TV diciendo que debían comunicárselo así a los turistas, además de subir los precios de restaurante y hoteles. Más adelante nos esteramos de turistas que habían sido echados literalmente por las fuerzas del estado. Los militares irrumpieron en los hostales y retuvieron a los huéspedes, les dijeron que se fueran del país por la frontera terrestre o por avión, pero que ya no eran bienvenidos.
Bagan para nosotros solos gracias al coronavirus
Hicimos parada en Bagan, la ciudad más turística de Myanmar, conocida por sus 2000 templos. Para nuestra sorpresa, no había apenas turistas y teníamos todos los templos para nosotros. Una sensación de paz e inmensidad que no puedes encontrar en circunstancias normales.

Sorprendentemente, vimos un grupo de mujeres mayores que hablaban español. Nos paramos y empezamos a conversar sobre la causa. Entre ellas se encontraba una persona muy especial a quien ya habíamos visto en Hoi An, Kandy “abuelita mochilera”, una mujer de 85 años que ha dado la vuelta al mundo varias veces y su pasión es seguir haciéndolo. Tiene más energía que nosotros dos juntos y tiene varios libros, además de dar charlas en conferencias. En vez de encontrar en ellas una visión de pánico sobre lo que estaba pasando, encontramos paz y positivismo. A todas ellas les habían cancelado el vuelo a España y estaban más super despreocupadas. Ante la incertidumbre estaban encantadas, admitían estar más a salvo en Myanmar y si no podían coger ningún vuelo se quedarían allí. Nunca terminas de sorprenderte con la gente.
(En este vídeo mandan mensajes positivos para tranquilizar a nuestras familias)
“El gobierno no dejará a ningún viajero español tirado”
Al día siguiente sale otra noticia “El Gobierno va a cerrar el espacio aéreo y hace una llamada a que los españoles vuelvan inmediatamente”. ¡Fuck! Ante tal titular decidimos llamar al Consulado de España en Myanmar inmediatamente y exponerles nuestra situación. Nos respondieron al instante, algo que agradecimos enormemente después de conocer varios casos de españoles en Tailandia y Filipinas a los que ni siquiera les cogían el teléfono.
Desde el Consulado nos tranquilizan indicándonos que la noticia es FALSA, pero que debemos tomar una decisión lo antes posible: o nos quedamos o volvemos, pero ya porque los países vecinos están cerrando fronteras. En cualquier caso, nos pidieron que les comunicásemos nuestra decisión para que nos mantuvieran informados de cualquier novedad.
¿Pasar la cuarentena en Myanmar o en España?
Como hemos dicho, Myanmar se mantenía sin infectados aparentemente. Si el virus no soporta las altas temperaturas, en Myanmar estábamos sufriendo 35 ºC con previsión de alcanzar los 45º en un mes. Parecía el mejor lugar del mundo para pasar la cuarentena. Nadie usaba mascarilla en las calles, todos haciendo vida normal, buenos precios, buena comida, gente amable y seguridad en las calles. Sin embargo, el visado se nos iba a caducar y no era posible extenderlo. Una vez que se te acaba, permaneces de manera ilegal y pagas la multa correspondiente de 3 $ al día cuando abandonas el país. Tampoco parecía una gran solución.
Casi todos nuestros familiares y amigos nos recomendaron quedarnos, no había razón para ir a España a encerrarnos en casa. Al menos en Asia podíamos tener algo de vida y libertad. No obstante, nos empezó a entrar el pánico, sobre todo cuando leímos noticias de gente joven que estaba muriendo. Empezamos a temer por nuestras familias. Si alguien enfermaba de coronavirus y nos pillaba lejos nos iba a entrar una angustia terrible.

Decidimos volver a España
Así que, finalmente tomamos la decisión de volver a España. Llamamos al Consulado para comunicárselo y nos atendió otra persona a la que le pedimos que pasara el recado de que habíamos decidido volver. Ese mismo día compramos los billetes para salir dos días después.
Al día siguiente alguien nos hace llegar la noticia de que el Gobierno pide a los españoles que no vuelvan si están bien de salud. ¡Venga ya, acabábamos de comprar los billetes! ¿Cómo os podéis contradecir cada día? Osea, que si estamos bien de salud no viajamos, ¿pero si estamos enfermos si? ¡Cómo si nos fueran a dejar viajar con fiebre en los controles de temperatura? Nada tenía sentido.
Nos desplazaríamos a Yangón por la noche para disfrutar de nuestro último día de sol y aire fresco para coger el domingo 22 de marzo un vuelo a Bangkok y el 23 de marzo un vuelo de Bangkok a Moscú, una escala de 12 horas y, finalmente, a Madrid.

¡Nos arrebataron nuestro último día de libertad!
Nos encontrábamos en Yangón a punto de salir a la calle a disfrutar del día cuando nos dio por intentar volver a contactar varias veces con el Consulado para saber si todo está bien con respecto a nuestros vuelos. De repente, nos comunican que ese mismo día, sábado 21 de marzo, iba a ser el último para poder entrar a Tailandia sin un certificado médico. En Myanmar no se expiden certificados médicos, así que nuestra única opción era llegar a Bangkok antes de las 00:00.
¡Comenzó a correr el pánico y nuestra vida dio otro giro de 360º!
Hicimos la maleta en menos de 5 minutos y cogimos un taxi con destino al aeropuerto. Mientras tanto compramos un nuevo vuelo para Bangkok para ese mismo día por un dineral, ya que eran los últimos sitios para poder viajar. No obstante, llegaba el vuelo a las 23:00 a Bangkok. Eso quiere decir que ante el mínimo retraso, o cualquier cola de inmigración previa al sello de entrada al país, íbamos a estar fuera del corte. Nos podíamos a quedar en “tierra de nadie”, ni en Myanmar ni en Tailandia. A Myanmar ya no se puede entrar porque no emiten visado. La cosa estaba muy tensa.
Afortunadamente, al llegar al aeropuerto nos adelantaron el vuelo que teníamos al día siguiente a las 17:40 y pudimos llegar a tiempo a Bangkok y adquirir nuestro sello de entrada. Por lo menos, ya estábamos en Tailandia con un visado gratuito de 30 días, “por si las moscas”. Ya solo nos quedaba esperar otros dos días hasta nuestro vuelo que salía a España.
El último día para poder entrar a Tailandia sin un certificado médico
La situación en el aeropuerto era desoladora. Todo el mundo con mascarilla (menos nosotros, que no nos dio tiempo a comprar), casi todos los vuelos cancelados, y gente pagando en ventanilla auténticas barbaridades para poder volar a casa.
Hablamos con una chica española que acababa de comprar unos billetes para volver a España que le habían costado 600 €. Con su cara de tristeza nos explicó que acababa de empezar su viaje de 3 meses a Tailandia, y se acababa de gastar el dinero con el que iba a vivir allí más de un mes. Todas tus ilusiones en un abrir y cerrar de ojos.
Mientras tanto, exponiéndonos durante 3 días al virus en los aeropuertos, intentábamos que nos adelantaran el vuelo la compañía de Aeroflot. Teníamos que esperar hasta el último momento por si fallaban pasajeros, pero nos hacían pagar 600 € por persona por modificar el vuelo a primera clase. ¿Cómo íbamos a pagar más dinero por modificar el vuelo que los 340 € que nos había costado por Internet? Aeroflot, que era la única aerolínea que no había cancelado los vuelos, se estaba aprovechando de la situación masivamente.

La vuelta a España: 5 días de viaje (4 aeropuertos, 6 autobuses y mucho más…)
Nuestra vida se basaba prácticamente en ir a comer, escribir para el blog en una zona apartada con enchufes y ver películas. Para dormir nos instalábamos en varias sillas aisladas para construir nuestra fortaleza y pasar la noche con máscaras puestas. La vida de aeropuerto es extraña cuando pasas muchos días porque pierdes la noción del tiempo. Siempre hay la misma luz, gente, la misma temperatura y los restaurantes y tiendas abiertos 24 horas. Sensación de atemporalidad como los suecos durante el solsticio de verano.
Ya que no había manera de comprar mascarillas ni guantes en ninguna parte, optamos por desarrollar una nueva técnica depurada para abrir puertas: empujar con los codos y abrir con los pies. Intentar no tocar con la mano ningún pomo de ninguna puerta y lavarse las manos constantemente. No obstante, somos conscientes de que sigues estando expuesto hagas lo que hagas. Incluso se nos ocurrió utilizar nuestras máscaras de snorkel del Decathlon como recurso antiviral.
Vuelos cancelados y pánico general por coronavirus
La situación cada vez era más tensa. Vuelos que hacían escala en Dubai estaban siendo cancelados y parecía que solamente la compañía Aeroflot era la única operativa por el momento. ¿Se cancelaría nuestro vuelo también? Conocimos a Noelia y Kevin, quienes llevaban viajando 7 meses y habían decidido poner fin al viaje. Acabamos uniéndonos en el mismo vuelo y compartiendo largas escalas. Siempre se hacen más llevaderas en buena compañía.

¿Que la Embajada Española se está haciendo cargo de nosotros?
Ellos se enteraron del cierre de la frontera de Tailandia gracias a su hostal, no por la Embajada Española, como tantos otros viajeros. Puesto que el Gobierno no se puso en contacto en ningún momento. Es importante que esto se sepa porque estamos hartos de ver cómo se ponen medallas y se les llena la boca hablando de “no dejar a nadie atrás” y “repatriar a la gente”.
La realidad es que las aerolíneas cancelan vuelos y reagrupan a los pasajeros. Eso lo están haciendo las compañías, no las embajadas. Y el precio triplicado y desorbitado lo estamos pagando nosotros con nuestro dinero. No quiero saber del que no tenga dinero para podérselo costear, pero seguramente se quedará “atrás”.
La vuelta a casa desde Moscú, nadie quiere saber nada del coronavirus
Tras 3 días en el aeropuerto nuestro avión salió con normalidad e iba prácticamente lleno. Una vez salimos de Tailandia no volvimos a ver un solo control de temperatura. Será que no les interesa descubrir que tienes fiebre porque de lo contrario les pones en un apuro. Tras aterrizar en Moscú hicimos piña con otra chica llamada Andrea, una cordobesa que lo dejó todo para viajar y ha tenido que volver tras dos meses de viaje. Lo mejor de la vuelta ha sido conocer gente que afronta la situación con optimismo y con la que esperamos echar unas cervezas cuando se acabe la cuarentena.

Al llegar a España nos encontramos miles de problemas como no poder pagar con efectivo, que no nos funcionen las tarjetas de crédito,no poder ir juntos en el taxi, tener que esperar otras 6 horas en Madrid hasta el siguiente bus…Pero todo ha salido bien, solo que no podemos ver a nuestras familias hasta el fin del estado de alerta.
¿Distancia de seguridad durante los trayectos? La mínima, por supuesto. Ese extraño fenómeno solo lo hemos visto una vez llegado a España. Hasta entonces todos bien juntitos en los buses, lanzaderas y aviones.
SITUACIONES MUY TENSAS PARA LOS EUROPEOS EN ASIA
Los seguros de viajes “lavándose las manos”
La verdad es que no se porque contratamos seguros de viaje para que luego no nos cobran nada. Nos gastamos un dineral para que en situaciones como esta digan que no cubren nada relacionado con el coronavirus, así de fácil. Es una vergüenza.
Lo hemos contrastado entre todos los viajeros con nuestros seguros de viajes y ninguno nos cubre. Una española cuenta en ESTA NOTICIA la situación que está viviendo en Manila.
En India te escupen por la calle
Tenemos un buen amigo en India, Luka, que no puede continuar su viaje y ha decidido quedarse con una familia vegana hasta que pase lo peor. Este ciclista vegano se encuentra en India viajando en bicicleta con su perra. Dice que desde hace unos días la situación ha cambiado en la India y se les acusa a los turistas de haber traído el virus de fuera. Todo aquel que es rubio, ojos azules o claro de piel es escupido por la calle e insultado con palabras como “Virus”, “Fuera de mi país”. Una especie de racismo que ha surgido a causa de esta situación, de la misma manera que anteriormente en muchos países, los chinos fueron tratados como basura. Un turista narra su historia AQUÍ sobre cómo lo están pasando en Goa, India.
Luka, arrestado por la policía para ir al hospital
Hoy nos ha contado Luka que la policía ha ido a por él para obligarlo a ir al hospital a hacerse un test médico: ha dado negativo a coronavirus. La familia vegana ha tomado las responsabilidades de hacerse cargo de él para que pase la cuarentena en su casa y han firmado papeles. Los vecinos están asustados y rehacios a su presencia, pero la familia les está ayudando a él y a Niuna, su perra. Tan solo puede salir de la casa a 5 metros legalmente y no puede salir de la India porque todas las fronteras van a estar cerradas durante, al menos, 3 semanas.

“La abuelita mochilera” y otras 4 mujeres, atrapadas en Myanmar
Desde que nos encontramos a este grupo de mujeres españolas hemos seguido manteniendo el contacto para informarnos de nuestras situaciones. Hoy nos han informado de que las cosas han cambiado totalmente en Myanmar puesto que “ya no son bien recibidas”. Así como anteriormente la gente local les pedía hacerse foto con ellos, ahora les rehuyen por la calle. Asimismo, el gobierno exige que todos los turistas salgan de Myanmar, puesto que ya no es un país seguro. De un día para otro la gente ha pasado de andar tranquilamente por la calle a llevar mascarilla y entrar en pánico.
¡Menos mal que tomamos la decisión de no pasar la cuarentena en Myanmar!
En el caso de estas turistas, el Consulado les había dicho previamente que les daría una solución para poder extender el visado. Sin embargo, nada de esto es posible y están atrapadas en Yangón, la capital de Myanmar esperando a que salga algún vuelo viable. El dinero que les piden son 3.500 € por viajar a España y el Consulado les ha dicho que van a intentar rebajar un poco la cantidad. Han decidido ir a la prensa para pedir ayuda por su situación (leer la noticia AQUÍ).

Una pareja de País Vasco y Barcelona deciden pasar la cuarentena en Tailandia
Asimismo, hemos seguido el contacto con otros dos españoles que tomaron la decisión de pasar la cuarentena en Tailandia. Se encontraban en Laos a mitad de su viaje donde, aparentemente, estaban a salvo por no tener muchos casos de coronavirus (al menos registrados). Cuando empezaron a cambiar las cosas, decidieron cruzar la frontera terrestre a Tailandia para pasar allí la cuarentena el día 22 de marzo. En este momento Tailandia ya pedía certificado médico para poder entrar al país, pero ellos tuvieron suerte y no se lo pidieron. Normalmente las fronteras terrestres son menos estrictas que las aéreas, para bien y para mal (como con los sobornos policiales). Actualmente se encuentran alejados de las ciudades donde reina el caos y “el racismo” y pueden salir todos los días a la calle a respirar aire fresco y disfrutar de la naturaleza.
A todos ellos que estáis pasando el coronavirus fuera y dentro de España, ¡deseamos mucha suerte y ánimo y que pase todo esto pronto!